Alcázar de los Reyes Cristianos, en el año 1327 Alfonso XI, El Justiciero, ordenó levantar en Córdoba una fortaleza militar que cumpliera además con las funciones de residencia real. De esta orden surgió el Alcázar de los Reyes Cristianos, magno palacio edificado sobre los cimientos de un antiguo castillo árabe.
El recinto, de planta cuadrada, está protegido por tres torres góticas llamadas Del Homenaje, Del León y De la Inquisición, esta última ideada por los Reyes Católicos y cedida al Santo Oficio hasta 1821. Desde la galería de entrada del Alcázar, donde se expone un magnífico sarcófago del siglo III, se llega al llamado Salón de los Mosaicos. En esta construcción del siglo XVIII, antigua capilla de la inquisición, se exponen valiosos mosaicos romanos del siglo II encontrados en la Plaza de la Corredera. Bajo este salón se pueden visitar los antiguos baños reales. Fuera de sus estancias el Alcázar posee un espacio ajardinado que constituye uno de sus grandes atractivos. Compuestos por amplias albercas escalonadas que se extienden a los pies de la fortaleza, los jardines presentan una exquisita vegetación de marcada inspiración árabe, con abundantes palmeras, cipreses, naranjos y limoneros. Con la misma entrada al Alcázar se tiene la posibilidad de visitar los Baños Califales construidos por Al-Hakam II en el siglo X y que recientemente han sido restaurados. Este conjunto se sitúa en el Campo Santo de los Mártires, frente al propio Alcázar de los Reyes Cristianos.